
Por estrenar esto y poder decir al menos que he escrito una entrada grande, voy a hacer un resumen de mi experiencia en un reciente viaje que hice a Estocolmo con mis amigos. Animados por los razonables precios de los vuelos y, por qué no decirlo, por el mito de las suecas (sea lo que sea exactamente eso), elegimos este destino.
Índice:
- Vuelo de ida con Norwegian
- Aparcando el coche en el aeropuerto de Málaga
- Desde el aeropuerto de Arlanda (Estocolmo) hasta el centro de la ciudad
- Estancia en el Stockholm Hostel
- Coronas suecas y pagos con tarjeta
- Comer en la calle en Estocolmo
- Alcohol en Estocolmo
- Salir de fiesta en Estocolmo
- Las suecas
- Otras cosas a tener en cuenta
Vuelo de ida con Norwegian
Gracias a Skyscanner dimos con unos vuelos Málaga-Estocolmo por solo 46,90 €. Aparte del precio, que está estupendamente tratándose de un vuelo bastante largo, Norwegian dispone de aviones modernos… ¡con wifi!
De verdad que se agradece, aunque, todo hay que decirlo, el wifi iba lentillo y con cortes, pero da el apaño para WhatsApp y visitar algunas webs o incluso escuchar Spotify. La app (para Android al menos) también es bastante útil.
Aparcando el coche en el aeropuerto de Málaga
Fuimos en coche desde Sevilla a Málaga (unas tres horas), donde teníamos que coger el avión. Teníamos la opción de ir a Málaga, aparcar en la calle, y desde allí coger el tren (unos 2 € por cabeza) hasta el aeropuerto. El aparcamiento oficial del aeropuerto salía por unos 40 € los cuatro días; de vez en cuando hay «ofertas» y creo que por unos 20 € podríamos haberlo sacado. Aun así, este parking para estancias largas está alejado del aeropuerto y hay que hacer 1,5 km en un autobús gratuito que pasa cada 15 minutos.
Buscando por internet dimos con NovoParking a través de la página ParkVia, donde sacamos los cuatro días por algo menos de 14 €. La ventaja, además del ahorro, es que no había que esperar para que te transportaran hasta el aeropuerto desde NovoParking, sino que el vehículo de cortesía (una furgoneta/miniautobús) te llevaba en el acto; tanto a la ida como a la vuelta el servicio fue rápido y eficaz.
Desde el aeropuerto de Arlanda (Estocolmo) hasta el centro de la ciudad
Nuestro vuelo llegaba al aeropuerto de Arlanda, a unos 42 km de nuestro hostal. Había varias opciones para llegar al centro de la ciudad: trenes directos, autobuses directos, etc. Como nosotros íbamos a pagar de todas formas el billete de metro de 72 horas (por 230 coronas suecas ≈ 25 €), por «solo» 75 coronas (≈ 8 €) más podíamos tener el suplemento que nos permitía tal viaje, de unos 45 minutos; si el billete de metro se va a comprar de todas formas, esta es la opción más económica. Para el viaje de vuelta tuvimos que pagar nuevamente 75 coronas.
Estancia en el Stockholm Hostel
A través de Booking habíamos reservado una habitación cuádruple en Stockholm Hostel. Está muy bien situado, más o menos en una zona céntrica, en un barrio decente, muy cerca de una estación de metro y un supermercado LIDL. Tratándose de una ciudad cara como Estocolmo, el precio era bastante razonable.
Hay que tener en cuenta varias cosas:
- Tienes que llevar tus propias sábanas y toallas, o alquilarlas allí por 60 coronas (≈ 6,5 €) y 20 coronas (≈ 2,3€) respectivamente.
- No se puede beber alcohol ni en la habitación ni en la cocina (dato importante).
- No se puede meter a nadie ajeno a la habitación (también importante).
La habitación era bastante pequeña, con literas, y un cuarto de baño privado; no había armario, solo un mueble con varias repisas y una sola percha. La ventana no se podía abrir por alguna normativa sueca. La cocina era muy amplia y completa, aunque carecía de horno. Los dos recepcionistas que conocimos hablaban buen inglés y eran amables. El wifi iba estupendamente en todas las partes del hostal.
En general, bien, aunque si la intención es montar una fiesta en la habitación y llevarte suecas a tu cama, no es buena elección.
Coronas suecas y pagos con tarjeta

Una preocupación de mis compañeros de viaje era la del cambio de euros a coronas suecas. Yo estuve mirando por internet y todos los entendidos decían que no hace falta traer coronas cambiadas, ya que en Suecia se puede pagar prácticamente todo con tarjeta , por muy pequeña que sea la cantidad.
La gente advertía sobre el tipo de tarjeta: que sea de chip + pin, no de las antiguas con firma; lo cierto es que uno de nosotros llevaba una tarjeta antigua y en ningún sitio le pusieron pegas para pagar. Por cierto, que el cambio es, más o menos, 10 coronas ≈ 1 euro.
Si aun así prefieres llevar algo de dinero en metálico, yo lo que hice fue (re)abrirme una cuenta joven (hasta los 30 años, se supone) en EVO, donde puedes sacar dinero de cualquier cajero del mundo un máximo de cuatro dos veces al mes sin ninguna comisión. Con una semana de antelación debería bastar para abrir la cuenta y que te llegue la tarjeta.
Todo lo que necesitas saber sobre dinero en el extranjero
Comer en la calle en Estocolmo
Éramos agarradillos a la hora de comer y la gastronomía sueca no nos llamaba la atención, por lo que, cuando no cocinábamos en el hostal, tirábamos de comida rápida/basura.
Los menús de McDonald’s o Burger King rondaban las 70 coronas (≈ 7,5 €); es interesante que muy cerca de nuestro hostal había un McDonald’s abierto las 24 horas y, por 10 coronas (≈ 1,1 €), podías comprar una cheeseburger pequeña, dato excelente a la hora de la recogida de la fiesta: de hecho, entre las 3 y las 5 de la madrugada, los McDonald’s están llenos de suecos hambrientos.

En Estocolmo hay bastantes restaurantes de kebab y pizza. Un menú de kebab en pan, patatas fritas y una lata de refresco ronda las 55 coronas (≈ 6 €); el kebab es bastante grande y lleno de carne y diversas verduras. Un menú de pizza (de tamaño entre mediana y familiar) con lata de refresco ronda las 90-100 coronas (≈ 10-11 €). Además suele haber «ensalada» gratis; esta «ensalada», que a nosotros nos la daban a conocer como pizza salad, tiene apariencia de chucrut y está algo ácida pero buena si no eres muy delicado. Según veo, se la conoce como pizza salad porque es, efectivamente, típica de este tipo de pizzerías suecas.
Todo esto hablo de restaurantes decentes y bastante limpios, al contrario de los restaurantes de este tipo que suele haber en España.
Alcohol en Estocolmo
Habíamos estado haciendo averiguaciones y resulta que en Suecia uno no puede comprar alcohol libremente como en casi cualquier otro país. Al parecer, hay unas tiendas especiales, los Systembolaget, que tienen el monopolio de la venta de alcohol de más de 3,5 %, lo cual es prácticamente todo. Los precios en estas tiendas son misteriosos y probablemente prohibitivos.
Por tanto, decidimos emprender la importación de tres botellas de bourbon. Llevábamos una maleta común para facturar, por lo que, con la debida protección (papel de burbujas y meter las botellas en medio de todas las sábanas y toallas), llegaron de una pieza a Estocolmo. Por cierto que, según me informé previamente, se pueden facturar hasta cinco litros de alcohol por pasajero.
Allí en Estocolmo (y supongo que en Suecia en general, igual que en muchos otros países) las tiendas no venden hielo, por lo que teníamos que apañarnos metiendo la Coca-Cola en el congelador hasta que estuviera lo más fría posible. Bebimos justo fuera del hostal, amparados por nuestro estatus de turistas. La policía pasó cerca un par de veces, pero en ningún momento nos dijeron nada. También es cierto que el alcohol lo sacábamos ya mezclado en las botellas de Coca-Cola, por lo que, a ojos de gente que no sabe ni lo que es el botellón, eso es lo que estábamos bebiendo.
Salir de fiesta en Estocolmo
En Estocolmo no hay tantos bares o pubs como en España, o al menos no supimos encontrarlos. La primera noche entramos a un pub en el que una cerveza de barril grandota, de unos 40 cl, costaba 35 coronas (≈ 4 €), lo cual no está mal; nos hizo gracia que había una mesa de blackjack con su propia croupier.
En cuanto a las discotecas, suele ser una faena. Lo normal es que para entrar haya que pagar 100 coronas (≈ 11 €) sin consumición, es decir, pagas por el simple hecho de entrar; además, si tu ropa de abrigo no es arreglada (tipo americana), pueden exigirte que la dejes en el guardarropa por unas 20 coronas (≈ 2,5 €). En una ocasión pedimos entrar uno solo para ver si había ambiente y, en tal caso, entrar ya todos pagando, y, con algo de reticencia, nos lo permitieron. Dentro de las discotecas, por lo que vimos, una cerveza puede costar entre 40 y 50 coronas (≈ 5-6 €) y un cubata entre 60 y 70 (≈ 7-8 €), lo cual, para el nivel de vida que hay allí, no está mal.
Un problema que tuvimos una noche es que en muchas discotecas nos pedían estar en la lista de invitados, quizá porque realmente teníamos que estar, quizá porque simplemente no querían dejarnos entrar; pero fue en más de una y dos discotecas. Aunque incluso los porteros hablan inglés, quizá lo mejor sea ir con un amigo sueco que se pueda entender con ellos.
Un gran avance de la civilización sueca es que el metro está abierto durante toda la noche los fines de semana.
Las suecas
Y ahora, después de leer todo lo anterior, llega lo realmente importante: ¿qué pasa con las suecas?
Las suecas son duras. No son antipáticas: solo duras. Ninguna de las suecas con las que hablamos nos negó la palabra, ni siquiera con la excusa de no hablar inglés, porque, de hecho, absolutamente todas con las que interactuamos lo hablaban.
Los suecos en general se cuidan mucho, y es fácil verlo solo con pasear por un parque: cientos de suecos y suecas corriendo y haciendo deporte. Los suecos están bastante fuertes y son inmensamente altos. Las suecas ya tienen allí, en su propio país, todo lo que pueden querer, y no suelen interesarles los extranjeros, incluso con el plus de exotismo.
Aunque, como he dicho, las suecas hablan inglés, parece ser que no hablar sueco es casi eliminatorio a la hora de pasar a mayores con ellas; esto nos lo confirmaron varios sudamericanos que conocimos por las noches (curiosamente, todos trabajaban en la construcción y todos se defendían con el sueco).
Nos llamó la atención, por cierto, la gran cantidad de mujeres, incluso menores de 30 años, embarazadas o con niños. También nos llamó la atención la gran cantidad de hombres paseando a sus bebés en solitario o con otros padres. Cosas de la igualdad.
Otras cosas a tener en cuenta
- Los supermercados (al menos el LIDL al que íbamos) no venden agua sin gas. Para comprarla, tienes que ir a tiendas regentadas por moros y similares, quienes te pueden cobrar perfectamente 100 coronas (≈ 11 €) por un pack de seis botellas grandes.
- En Estocolmo no hay un cajero (bankomat) cada 10 pasos como en España, por lo que es posible que tengas que preguntar a alguien para encontrar uno.
- En dos ocasiones dos hombres se acercaron a nosotros motu proprio para orientarnos cuando nos vieron algo perdidos. ¡Gracias!
- Fuimos a principios de septiembre. Por la mañana temprano hacía algo de frío, pero sobre las 11-12 ya se podía ir en manga corta. Por la noche sí refrescaba bastante.
- El aeropuerto de Arlanda tiene wifi gratis (aunque hay que configurarlo, lo cual es fácil). El aeropuerto de Helsinki (a la vuelta), también.